Que Bin Laden fue muerto por un comando de EE.UU., genera más dudas e incredulidad en el ambiente, pues hay una serie de contradicciones. Ya Henry Kissinger y Benazir Butho habían dicho que había muerto en el 2001. Las fuentes oficiales de EE.UU. dicen primero que Bin Laden opuso resistencia. Luego dicen que no estaba armado, que le respetaron su ritual islámico sumergiéndolo en el mar, cuando en el Islam sólo es válido enterrando al fallecido. No dejaron pruebas para las autoridades judiciales paquistaníes. Sólo les consta a ellos. Lo que sí está claro es que Obama entró en su carrera reeleccionista y necesita subir en popularidad a raíz de la presión sufrida la semana pasada por parte de los republicanos, obligándolo a mostrar su partida de nacimiento. Por otro lado, el peruano Alan García declara eufórico que la muerte de Osama es el primer milagro del beato Juan Pablo II. Pero, ¿cómo así? Si estando en vida perdonó a su sicario, ¿cómo puede estar iluminando comandos expertos en matar? Esta declaración demagógica atenta contra la inteligencia humana. Lo cierto es que así Bin Laden haya muerto todo seguirá igual. Es otra ficción de Hollywood. Bin Laden ahora es más mito que antes.
Ariel Barrera-Haddad
C.C. No. 73.145.633 de Cartagena.
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