Buzón


Educación

Esta semana, en escasos tres días, el país ha vivido tres hechos de sangre protagonizados por jóvenes estudiantes de colegios oficiales: en una población del Cesar, en San Andrés Islas, un estudiante hirió repetidamente a un profesor y en la capital una niña de apenas 16 años apuñaló y asesinó a una compañerita por celos. El demonio de la intolerancia y la violencia se ha posesionado en los espíritus de nuestra juventud. Bien sabemos que una de las causas de esta problemática es la crisis que padece la familia colombiana que cada día está más atomizada: se ha perdido el contacto entre padres e hijos, los chicos andan solos, sin asistencia en valores, sin disciplina, sin un norte que los motive a estudiar y a superarse. Cartagena padece también este flagelo. Los medios han registrado varios casos de violencia en colegios reconocidos y estas instituciones se han convertido en vecinos incómodos para los barrios aledaños, por las pedreas que protagonizan en sus alrededores. Muchos colegios privados han incorporado al currículo “proyectos de vida” que suplen en parte ese abandono y esa soledad de los muchachos, es inaplazable que lo mismo se haga en el sector oficial. Esta situación de violencia debe ser encarada por las autoridades competentes cuanto antes. No esperemos que aquí se den hechos como los vividos en estos días. Jaime Arturo Martínez S. CC. 6.808.494 de Sincelejo

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