Buzón


El accidente de la Santander

No hay palabras para consolar a una madre en un dolor tan grande. Aunque no tengo hijos me pongo en el lugar de esa señora y definitivamente es algo que no se puede olvidar. Por otra parte, soy de los muchos ciudadanos que nos quejamos de las atrocidades que diariamente hacen los conductores de esta ciudad, que siempre utilizan la velocidad en sus extremos. Mientras que los unos van lentos ocasionando pérdidas de tiempo a los pasajeros, los otros van a velocidades altas que de cosa dan la parada a los usuarios. Con el dolor de mi corazón, debo decir que realmente no me extraña que una tragedia así ocurra. De hecho, creo que ya se estaba demorando en que algo así tan lamentable ocurriera. De verdad, espero que esto no se quede impune. No es el hecho de chocar, porque eso a cualquiera nos puede pasar. Lo que creo es que si se va a velocidades razonables, tragedias de esta magnitud se pueden evitar. Esto es un reflejo del diario vivir, y que lástima que tenga que ocurrir para que salga a la luz. Mis condolencias a la familia de la niña María José Pedraza Almeida. Angélica María Faciolince Esquivia C.C. No. 32.905.913 de Cartagena.

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