El DATT debe formular, liderar y ejecutar políticas para garantizar mejores condiciones de movilidad en la ciudad, permitiendo el desplazamiento de las personas, tendiente a mejorar su calidad de vida. Pero jamás ha hecho eso. Cada día es peor la movilidad y ninguno ha tenido el coraje y la hombría de decir lo que es el DATT: un organismo inoperante, ineficiente, tramposo e inviable, que hay que liquidar. La ciudad es un caos. Aquí hay que aplaudir a William Amín Jattin, quien, después de un diagnóstico, le pidió al alcalde la liquidación inmediata de Corvivienda. El DATT se limita a perseguir al que cometa o no una infracción y a poner las costosas multas. No hace más nada, es su ruin razón de ser. Las grúas del DATT su gran negocio, su mina de oro operan en la península de Bocagrande, El Centro, Getsemaní, Manga, Píe de la Popa y Crespo, no más, apuntando y cazando automóviles de alta gama, modelos nuevos y preferiblemente con placas de afuera, los escogen y separan. Parecen garza en charca, o felino al asecho para dar el zarpazo. Los automóviles que no son del gusto de las grúas, pueden dejarlos en cualquier parte o montarlos en el andén que quiera, que no les pasa nada, son ciegos y sordomudos. ¿Y la Procuraduría qué?
Adrián Serrano Gómez
C.C.No. 9.051.594 de Cartagena.
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