Buzón


El decreto de evaluación

En estos días, todos, hasta los legos en la materia, hablan y opinan sobre el decreto de evaluación y promoción de los estudiantes de bachillerato. Eso me parece magnífico y hasta simpático por las connotaciones sociológicas que implica. La gente se interesa en ese derecho ciudadano. Pero hay un pero. Muchos despotrican contra los maestros, desconociendo la verdadera raíz del problema. El maestro no es el culpable de promover estudiantes apáticos por el estudio. Es el bendito SIMAC, que se ha dedicado a pasar, no obstante el seguimiento y el debido proceso de recuperación, a los estudiantes deficientes. Además, súmese la malformación que familia y sociedad brindan, con su ejemplo, a niños y jóvenes. El hecho es que la mayoría desconoce el sentido de una norma y de su intencio-nalidad político - económica. La verdadera razón va más allá de la evaluación y la pro-moción de niños y jóvenes desestimulados, excluidos y estigmatizados en una sociedad alienada y desinformada. Se está promoviendo no una sociedad para el conocimiento científico y humano, sino para el consumo y la subordinación; sociedad sin reflexión, inmersa en la oferta y la demanda. Sociedad para el trabajo y mano de obra barata. Eso si es un horror. No hablemos sin argumentos. Es bueno conocer lo que hacen los maestros por los hijos de una sociedad enferma y prostituida por la corrupción y la politiquería. Edinson Pedroza Doria C.C. No 8.754-497 de Soledad (Atlántico)

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