Ahora que tenemos un nuevo campeón mundial, el “Cuchilla” Geles, es necesario recordar al boxeador más grande y amado, no sólo en Cartagena sino en todo el país: Bernardo Caraballo Rodríguez, quien, sin ser campeón mundial, es, según los críticos, el mejor boxeador de la historia en Colombia, sin demeritar a Pambelé, Rocky Valdez y otros. Pero a Dios lo que es de Dios. Su estilo fue único, dar y no dejarse dar. Fue quien inventó las batas estrambóticas y los shows al comenzar cada pelea, primero que Cassius Clay. En sus tiempos, cuando caminaba por la ciudad, paralizaba el tráfico. Le perdonaban sus excentricidades y hasta se las aplaudían, como encender cigarrillos con billetes. Siempre ha tenido un buen corazón. Su finca en Santa Rosa se llamaba “Entra, si quieres”; y su vivienda en Torices era una especie de restaurante donde sus amigos iban a comer gratis. Al final de su carrera contó con la ayuda de José Vicente Mogollón, quien lo empleó en Colpuertos, y hoy es un feliz pensionado de esa empresa. Bernardo Caraballo no sólo se merece llevar el nombre del Coliseo sino hacerle una estatua y hasta escribirle un libro. Tenemos buenos escritores como Raúl Porto Cabrales, Rubén Darío Álvarez y el profe-sor Chica, quienes podrían hacerlo. Remberto Zárate Pájaro C.C.No. 9.079.441 de Cartagena.
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