Buzón


El otrora Bocagrande

En el barrio Bocagrande otrora, no se escuchaban sino la brisa marina, los cantos de los pájaros, los buses pequeñitos que arribaban  hasta el Muelle de los Pegasos. Ahora, la contaminación auditiva es muy alta, dada por extraños y residentes, empezando con los taxis colectivos y mototaxis. Y qué decir de las busetas con los frenos y las trompetas. Los que llegan a los edificios en busca de alguien, no se bajan de los autos a preguntar en la recepción, sino que hacen lo que ustedes saben. En la Avenida del Malecón, las camionetas obligatoriamente pitan, para que les abran el garaje. En las mañanas desde más o menos 5:00 a.m. sacan a la puerta esos carros y los parquean frente al edificio a esperar que los empleados salgan para llevarlos al trabajo. Ustedes se imaginan varios de esos vehículos que tienen motores diesel el ruido que hacen. Mientras tanto, ellos los limpian y  a la vez dialogan, si eso se puede decir así, pues no hablan sino que gritan. Además, le sumamos el ruido que produce el camión de cemento de una construcción vecina que llega diariamente a descargar en ese sitio. Ese hoy es el día a día en nuestro barrio.
Ernesto Llamas Jimeno
C.C.No. 9.077.645 de Cartagena.

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