El papa Francisco no condena el homosexualismo en sí, y eso es interesante. Hay que colegir que el papa opinaría que si un sacerdote tiene relaciones homosexuales es la equivalencia de que un sacerdote heterosexual tuviera relaciones sexuales con una mujer. O sea, aquí se toca la línea del celibato sí o celibato no ya sea homo o heterosexual. En cuanto al sacerdocio para las mujeres, ahí sí no me gustaron sus palabras. Debería otorgarlo sin sacar a cuento que otro papa dijo no. Por último, creo que un día de éstos nos sorprende con que convierte el palacio en museo, cobrando la entrada y usando las utilidades para los pobres y yéndose con sus subalternos a vivir a otro sitio mucho más modesto.
Toribio Araújo Segovia.
C.C.No.19.108.167 de Cartagena.
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