Por culpa de una cumbre, que venía a resolver los problemas cruciales de la región, la prostitución se puso de moda. Siempre ha estado de moda como que el viejo Freud puso la sexualidad, que es su fundamento, en el centro de los fenómenos humanos. Escoltas, cuarto de hotel, whisky, que enciende la pasión; y dólares por debajo del precio del placer merecieron más titulares y discusión que la pobreza o la droga que enriquece a muchos y mata a miles. Periodistas, políticos, alcalde se rasgaron guayaberas y conciencias. Nadie quiso faltar al tribunal de la moral en defensa de la ciudad. Sepulcros blanqueados, diría el salmista. Como el asesino que vuelve al sitio donde yace su víctima, casi todos hemos vuelto alguna vez al prostíbulo condenado. Y qué ironía, una prostituta, María Magdalena, hermana de infortunio de nuestras mulatas de la calle, inspiró la parábola que desnuda a todos los hipócritas. Que tiren la primera piedra. Epílogo: la prostitución moderna, como industria que se apropia de una vida humana y la vende a una demanda sexual, debe ser combatida. Adolescentes de la noche, que la pobreza las obligó a renunciar al amor por la venta de sus cuerpos, son un dedo acusador a una sociedad que se tenga por democrática.
Gabriel Cuadro de la Hoz
C.C.No. 3.782.850 de Cartagena.
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