El derecho al voto es la supervivencia democrática y por ello debemos usarlo. El clientelismo, la inflación de candidatos y el abstencionismo hacen parte de un círculo vicioso que es necesario romper para restaurar la clase política. El remedio está en el uso meditado del sufragio de manera responsable. El ciudadano es quien tiene la llave de los problemas locales y departamentales, acordando su voto por quienes puedan servir los intereses colectivos, y no los personales y/o de grupos. La importancia de estas verdades debe ser inculcadas a las nuevas generaciones. El maestro debe decirlas a sus alumnos: formar un hombre solidario, sin codicia, justo, respetuoso por la vida, que sienta que no solo es estómago sino que también posee un alma que hay que alimentar con buenas acciones. Es ahora cuando el maestro tiene que hablar de política en sus clases, porque son precisamente los políticos los que se han equivocado y ha sido esa clase poderosa la que ha invertido esos valores. En Colombia no se piensa por el bien común, ya que los que llegan a ser políticos, los son por razones de ventaja social y económica. Necesitamos con urgencia formar una nueva clase dirigente que nos enrrumbe por el camino correcto. No hay derecho a que este país esté tan desgarrado por la corrupción la violencia y la inseguridad.
Hugo Yabrudy Quejada
C.C.No. 876.080 de Cartagena.
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