No se ha expedido aún el decreto mediante el cual se convoca a elección del nuevo gobernador que regirá los destinos de los bolívarenses y ya existe una baraja amplia de candidatos de toda índole. El pueblo elector tiene el reto y la responsabilidad histórica de reflexionar y de elegir libremente la mejor opción; si no seguiremos sumidos en el marasmo de las improvisaciones, soportando estoicamente el continuismo de administraciones impuestas, escogidas en conciliábulos y carentes del más mínimo contenido social y humano. En medio de la confusión y el desastre económico, social, ecológico, ético y político de nuestro departamento; existen reservas democráticas que permiten aseverar que el departamento sí tiene arreglo, y que bien vale la pena promoverlo y adelantar un proceso de construcción de políticas públicas que orienten, coordinen, lideren y articulen la adopción transparente, coherente y contundente de los distintos compromisos que tiene el estado para lograr la prosperidad de la gente. Lo que ha fallado es el liderazgo, la sensibilidad social y la voluntad política de los administradores; porque este departamento merece ser gobernado con lujo de competencia. Es ineludible rescatar la credibilidad, la legitimidad y la confianza perdida en los actos de gobierno. Si se elige un gobernador con las mejores calidades y con independencia mental para gobernar seguramente no defraudará al pueblo; porque su gran compromiso será combatir el flagelo de la corrupción, la politiquería y el clientelismo. Insto vehementemente a los bolívarenses, hacer un análisis minucioso y sensato, para discernir con claridad cuál es la mejor alternativa que colme las expectativas del pueblo, porque existe la percepción que los gobernadores cuando son elegidos, sufren de amnesia y se olvidan como por encanto de las responsabilidades programáticas adquiridas con la ciudadanía, y sólo recuperan la memoria cuando quieren volver a aspirar. Benjamín Maza Buelvas CC. 9.072.891 de Cartagena
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