Me atrevería a decir que el escritor Ernesto Sabato era el ser más indicado para humanizar las matemáticas y hacer sentar cabeza a los pocos profesores que usan una cátedra de ciencias relacionadas con ellas.
Sábato demostró que el hombre es un ser integral, capaz de usar la transversalidad en la comprensión del mundo científico o en la simple enseñanza de una asignatura. No veía ningún abismo entre las Humanidades y las Matemáticas o entre las Ciencias Naturales y esta última. Sábato debe ser recomendado, especialmente a los que se preparan para enseñar, ahora cuando cualquier profesional salido de una facultad diferente a la de Educación, es empleado como maestro o docente. Cuando se lee la entrevista que Carlos Catania le hace a Sábato, titulada: “Entre la letra y la sangre”, muestra la sencillez con que puede ser tomada la enseñanza de las Matemáticas y el diálogo que se puede realizar para conceptuar sobre la Física. Es por esta razón por la que Sábato le servía a los profesores de Ciencias Naturales, en especial a los de Química, quienes, además, hacían un poco de Literatura en la clase, correlacionando ambas actividades, llegando a demostrar que no había ningún exabrupto, porque desde Aristóteles hasta Sábato se encontraba la unidad de las Ciencias.
Juan Gutiérrez Magallanes
C.C. No. 6.742.388 de Tunja.