Infame, mil veces infame, es secuestrar "almas, cuerpos, mentes". Sería un ideal cristiano que todos los medios de comunicación se unieran y exigieran duro castigo para los colombianos que tienen secuestradas “almas mentes y cuerpos”.
Los secuestradores de la trinidad santa, de la dignidad humana, de la libertad de movimiento y de palabra, de la libertad de la intimidad como del vestir; la libertad de alimentarse con variada calidad y sabor, tienen que entender que es un acto infame y canalla el secuestro. Es infame que seres humanos sigan mostrando "semejantes colmillos" y evidencias rotundas de enfermedad mental. Una persona racional no puede tener esos alcances de bajeza e indignidad. El secuestro es un crimen contra la vida, contra la dignidad del ser humano. El secuestro tiene que ser obra de agentes del demonio. El secuestro es un delito que los medios de comunicación, los congresistas, como los docentes de todos las asignaturas no deben tolerar. Todos, absolutamente todos, los seres humanos que vivimos en Colombia tenemos que respetar el art. 95 de la Carta Magna; todos sin excepción lo debemos cumplir a rajatabla. Los delincuentes de variado grado de "lixiviado orgánico" deben cuestionarse con el daño que le hacen a la sociedad y a los estados. Querer es poder. El Estado Colombiano brinda "comodidades, estudio y plata" para el cambio de vida.
Rogelio Vallejo Obando
C.C. No.19.127.119 de Bogotá.
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