Gran problema, grandes enseñanzas

Suerte, milagro y tecnología se conjuga-ron para darnos una gran lección de vida en Chile. “Esta vida, es una sola”, dijo uno de los rescatados una vez que estuvo fuera del socavón. Aunque parezca una frase común y corriente, vale la pena que la pensemos y la convirtamos en una visión de existencia. La fe y la esperanza nos llevan a creer en otra Vida, la cual nos enseña que es eterna y para la cual debemos prepararnos. Todo puede ser verdad, pero la que no deja lugar a dudas es ésta. Así que a disfrutarla como Dios manda. “La riqueza de Chile, dijo su presidente, no son ni el cobre ni el oro, es su gente”. Qué bueno pensar así y actuar en concordancia. En todas las naciones del mundo, la gente y su trabajo son la real ri-queza. Por eso el trabajo de la gente debe ser valorado como tal. Las dos premisas anteriores deberían ser tenidas en cuenta por el gobierno y los encargados de fijar el salario mínimo de quienes son la verdadera riqueza de Colombia: “los trabajadores y su acción, el trabajo”. Recordemos: Esta vida es una sola. Y la auténtica riqueza es el hombre y lo bueno que haga. Muchas otras enseñanzas nos tiene que haber dejado el rescate de los 33 mineros. GUSTAVO IDÁRRAGA CELADA C.C. No. 8.249.650 de Medellín.