¿Por qué no tomamos aquí en El Universal a partir de lo expuesto por Juan Gossaín, en su artículo “El refranero popular y la corrupción. “El vivo vive del bobo”, para emprender una campaña fundamentada en las expresiones de valores positivos, que hagan contrapeso a todo ese imaginario que han estimulado generaciones pasadas y presentes? Ya se generalizó el término “dar papaya”, que rompe los parámetros de confiabilidad en el ser humano. Ya no podemos creer en los valores morales del prójimo, porque te podría “tumbar”. Supongo que así dirán con respecto al caso de la líder Fabricia Córdoba, muerta en Medellín: “dio papaya”. No hay derecho a que vivamos en un país donde predomina la desconfianza. Nos han enseñado que quien hace las cosas bien, es bobo, es sapo. Emprendamos una campaña permanente por actuar bien, por solidarizarnos con el otro. Hoy es duro tratar de que un niño manifieste fraternidad por lo que le pasa a su ciudad, barrio, calle o compañero, sin acudir a la violencia. Hay necesidad de acudir a la cátedra del amor, esa que instituyó, Leo Buscaglia en la Universidad de California. Y como dijo Juan Gossaín, “que se le pudra la al que vuelva a decir a repetir que el vivo vive del bobo”, lo que se puede aplicar, para “dar Papaya”.
Juan Gutiérrez Magallanes
C.C.No. 6.742.388 de Tunja.
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