Mi madre tiene 88 años y diabética. Sufrió caída a las 2: 30 A.M. el 30 de diciembre pasado. Se lleva a Clínica del Mar con un fuerte dolor en la pierna. Ordenan placa y le sale fractura en la tibia según el médico de turno. La clínica llama al Doctor Cortecero. Se presenta a las 2: P.M. Pueden imaginar su sufrimiento. Proceden a una cirugía y le arregla el pie a su estado natural. La entablillan y sale al medio del 31 de diciembre. Según el ortopeda la evolución es positiva y no hay necesidad de operación. Pasados diez días, le instala una bota de yeso por 30 días más. No había mejoría. Ordena cita con otro ortopeda para que le quite la bota de yeso. Se lleva y se le muestran las placas. Caramba, dice el médico, “el doctor Cortecero debió operarla enseguida. Tiene el hueso partido”. Con los exámenes de rigor, fija fecha para el 15 de Marzo la operación. COOMEVA ordena la segunda operación y todo queda listo para ese día a las 7: 30 A.M. Se lleva y no hay cirugía, la empresa que suministra los implementos no los mandó a tiempo. ¡Qué barbaridad! El sábado 16 es operada satisfactoriamente gracias a DIOS. El juramento hipocrático queda en tela de juicio ante la poco ética del ortopeda Cortecero y la responsabilidad de la E.P.S.
Rafael Garrido Castro
C.C. 73087910 de Cartagena
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