Inolvidables magistrados

Cuando se discurre sobre los 20 años de la Constitución de Colombia, viene a la mente la grandeza de dos eximios colombianos: Fabio Morón Díaz  y  Hernando Gómez Otálora, magistrados de la Corte Suprema de Justicia, artífices de la sentencia del 9 de octubre de 1990, que declaró constitucional el decreto que convocaba a las elecciones de los miembros de la Asamblea Constituyente a cumplirse el 9 de diciembre del mismo año.  La Corte Suprema de Justicia en ese momento, como lo escriben los historiadores serios y equilibrados, "no podía cerrar la posibilidad ni acallar las voces que clamaban por un cambio en las estructuras del Estado colombiano para buscar el camino de la paz". Es interesante recordar que la Constitución de 1886 por ninguna parte definió con claridad meridiana los fines del Estado colombiano ni le interesó el buen suceso de la participación del ciudadano en la democracia; y cuando nombra la palabra Estado, lo hace en una forma farragosa e incoherente. Sea el momento para decir que tanto Hernando Gómez Otálora como Fabio Morón Díaz actuaron en la vida pública con sentimientos de amor y cariño indeclinable por sus compatriotas. Les dolía Colombia.
Rogelio Vallejo Obando
C.C.No. 19.127.119 de Bogotá D.C.