A pasos agigantados están creciendo las invasiones en esta ciudad, sin que los entes encargados hagan algo. Es un tema bastante tan trillado que ya no le ponen atención. Solamente hay que recorrer la margen derecha del anillo vial frente al Hotel las Américas entre los manglares. Ahí crecen las invasiones desde hace rato. En la margen izquierda, la opulencia de las nuevas edificaciones. Entrada al barrio Torices (Chambacú). Hace unos cinco años no existían tantos cambuches. Allí encontramos llanterías, tiendas, fritangas, viviendas de indigentes, etc. Cada uno va ocupando alegremente su pedacito de terreno, sin que alguien haga algo. ¿A quién le compran esos lotes? El monumento a los zapatos viejos también se está llenando de ventas. Ni qué decir del centro amurallado, carretillas de verduras y toda clase de mercachifles por doquier; y todo esto con la complacencia de los policías que rondan estos sectores. Esto sólo por mencionar algunos lugares. No alcanzaría este espacio para enumerar todo lo que los abusivos quieren hacer con esta pobre ciudad carente de gente que la quiera, y que tenga sentido de pertenencia. Esta administración se ha caracterizado por las numerosas obras que se han construido en beneficio de todos, pero no se puede decir lo mismo de algunos mandos que se han olvidado cuáles son sus obligaciones. ¡Pilas, señores!
Margarita Rodríguez Martínez
C.C.No. 33.120.708 de Cartagena.
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