Buzón


La Democracia merece calidad

Es una lástima que el ejercicio de la política en Colombia se vaya en dimes y diretes, el lleve y traiga, el corre ve y dile; en yo le mando a decir al de la oposición esto y lo de más allá. En comer carne de político como de prójimo. Diríase que se convierte en "materia prima gustosa" para los mentideros; para los costureros y tertulias de café.
Los dirigentes pierden tiempo precioso ocupándose de trivialidades, superficialidades y de vacuidades. Jamás me explicaré el porqué a los hombres públicos de Colombia  -a la mayoría - los tiene sin cuidado como van las áreas de los planes de desarrollo, sí es allí precisamente donde descansan las expectativas de alzas en el progreso social como económico.
Los tiene sin preocupación el tema de educar con los programas a las comunidades afectas a sus creencias respecto a como se llega a un verdadero estado de felicidad y alegría. Y de recibir de ellas ideas y sensibilidades para mejorar los programas.
Me impacta que álgidos temas como los referidos a las áreas del plan nacional de desarrollo o los avances reales de los planes territoriales actuales, pocos los estudian con detenimiento para saber de qué diagnóstico se parte. A los candidatos se les observa improvisando programas o descubriendo el agua tibia, olvidándose de los programas que tienen sus partidos, como los planes que se están desarrollando.
Creo fervientemente que a nada conducen las peleillas y contrariedades en que se mantienen los jefes de las agrupaciones políticas; como el alboroto, el alborozo y la bulla de tanto candidato para Asambleas, Concejos y Alcaldías y Gobernaciones.
Sería bien interesante que los candidatos se escojan por medio de pruebas sicotécnicas como de exámenes sobre el conocimiento de lo público. El servicio público es de mucha entidad para que cualquiera llegue a sus puestos de comando.
La Democracia merece calidad. La Administración pública no puede seguir en esa ruta ineficiente como desprestigiante con la tal cantidad de Hallazgos que siguen creciendo como "las espumas de Villamil". No nos digamos mentiras. Detrás de tanto hallazgo hay desconocimiento, ignorancia como tambíen ambientes delictuales.
La Democracia como la administración pública requiere normas ISO, como que los controles internos funcionen a la perfección.

Rogelio Vallejo Obando
CC. 19.127.119 de Bogotá


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