La doctora Ingrid

La veterinaria Ingrid Hernández Soto, es de las pocas personas que antepone su amor a los animales al lucro monetario cuando prodiga su  ciencia y cuidados valiosísimos a los animales que más necesitan de una gota de cariño, los perros y gatos callejeros.
En su consultorio en el barrio de Manga, acoge amorosa, muy a pesar de su estrechez económica y logística a  muchos animalitos que algunos seres que se autodenominan humanos, arrojan a la calle sin formula de juicio o piedad alguna por un ser vivo.
Ahora mismo algunos seres que se autodenominan autoridad municipal, quieren arrojarla a frio pavimento y confiscarle  los animalitos,(para seguramente más tarde matarlos a garrotazos), porque los ladridos de los “asilados clientes” perturban el dulce sueño de ancianos venerables de la comunidad y los esbirros de la alcaldía, los cuales nunca se han acercado para de manera civilizada encontrar solución al problema, le coartan sus derechos constitucionales, como lo es el derecho al trabajo.
“Vámonos que esta gente no nos quiere”, pronunció el Libertador ante el desagradecimiento de la gente por la que dio su salud y tranquilidad personal; La doctora Ingrid, se va de esta ciudad, ya está en esas,  problemas económicos se lo han impedido, pero merece un prudente plazo.
Ojala que en la agonía de sus últimos días a algunos no añoren, el ladrido de algún perro callejero. 

Eugenio milanes torres
cc.73071602 de c/gena