Buzón


La formación

La corrupción está íntimamente ligada a la formación y cuando hablo de formación no hablo del proceso de adquirir conocimientos.  Me refiero a la integralidad de la misma, en donde la escala de valores juega un papel preponderante. Estas son normas que nos permiten vivir mejor en sociedad, que moderan nuestra conducta, la formación nos da el conocimiento para entender, por ejemplo, lo que alguna vez  Hemin-gway nos dijera en “Por quién doblan las campanas”. Allí, el autor deja tácitamente plasmada la idea que todos hacemos parte de un todo, que cuando algo se daña,  rompe o muere nos afecta a todos. Si así lo entendiéramos, otra sería la suerte de esta nuestra sociedad. Por ello, creo que la cura a nuestros males está en examinar el modelo de formación que hoy tiene el individuo, e imprimirle algunas pequeñas modificaciones que le enseñen al hombre de hoy y de mañana a mejorar su comportamiento en sociedad. Qué bueno sería que entendiéramos que el bienestar ajeno es mi bienestar, que el bien común es de todos, que mis derechos tienen un límite, etc., etc. En  ocasiones,  hombres de vasta cultura terminen en prisión o huyendo de nuestras autoridades por delitos de diferentes índoles que cometieron cuando la buena ventura les brindó la oportunidad de ser servidores público. Cabría pensar  que este tipo de hechos dejan sin argumento mi tesis. Pero  no,  en mi concepto es allí donde nos estamos equivocando, ya que estas personas con su comportamiento están evidenciando serios vacíos en su proceso de formación que le impedirán de manera sostenible ejercer un liderazgo modelo en esta nuestra sociedad. Tenemos que entender también que esto de la corrupción es un fenómeno tan antiguo como la república misma y que se ha ido transmitiendo de generación en generación eso y el hecho de tener una impunidad campante han dificultado su erradicación.
Alvaro Múnera Oviedo
C.C.No. 73.073.769 de Cartagena.

 


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