La grandeza

El Tiempo,  a raíz del atentado a Fernando Londoño, editorializó refiriéndose a la palabra grandeza, sentimiento que demandan y exigen los momentos cruciales en que se defienden los valores eternos y universales. La sola palabra no basta para abarcar lo que encierra ese sentimiento. Unos ejemplos  vivos ayudarán a su comprensión. Grandeza la del vendedor ambulante que, en Túnez, se inmola para que la libertad en el mundo árabe deje de ser una palabra y se convierta en una acción llena de sentido. Grandeza la de la madre bíblica que, ante Salomón, prefirió la vida a la espada que dividía el cuerpo de su hijo. A nuestro Bolívar también le sobró grandeza cuando puso el país por encima de los partidos. Nosotros agregaríamos por encima de las vanidades personales. Las palabras de un ex presidente frente a la clínica El Country, después del atentado, para expresar su solidaridad a la víctima, estaban a gran distancia de la grandeza. No se arroja combustible para sofocar una hoguera. No sabremos nunca si su consternación obedecía a un lamento puro del corazón o a la razón utilitaria de la política.
Gabriel Cuadro De La Hoz
C.C.No. 3.782.850