La importancia de la transición

El Santísimo debe pasar de un gobierno de confrontación a un gobierno de empatía social, no puede repetir los vicios y errores de nuestros antecesores, todo gobernante se convierte en un productor para suplir las necesidades más sentidas de un pueblo. Ningún programa de gobierno por muy efectivo que haya sido debe sacramentarse ni tomarse como molde en que todos deben operar, es responsabilidad cultivar una actitud de avance y alcance que pueda definir metas más altas como también mantener principios más firmes que puedan forjar modelos más claro. No podemos seguir hablando con señales de humo a una generación que navega en la Internet, es necesario conocer su lenguaje y código en que nuestra sociedad se comunica para poner en ejercicio un gobierno socialmente transformador, cuyo radio de acción rompa los sistemas de iniquidad e injusticia que prevalecen. El problema de la sociedad hoy no es tanto la voz de los malos o corruptos sino el silencio de los buenos y, peor aún, la indiferencia. La Biblia dice “el fruto de justicia siembra en paz para aquella que hacen la paz”, Santiago 3:18. Carlos Julio Sánchez Sáez CC. 9.063.179 de Cartagena