Buzón


La misma vaina

Tomé el bus alimentador que me llevó al Portal del Amparo. Allí tomé el bus articulado de Transcaribe, que me llevó raudamente a mi oficina. En el camino, sentado en aquel gran bus, podía observar lo cambiada que estaba mi hermosa Cartagena. Sus calles limpias, el tráfico automotor fluido y las motos transitando prudentes, como siempre, en su carril de solomotos, obedeciendo las normas de tránsito; los peatones respetando los semáforos y utilizando los puentes peatonales. ¡Qué orgulloso me sentía de ser cartagenero! Pude ob-servar la fachada de los negocios comerciales de Bazurto y los amplios andenes peatonales de ese sector. Todo limpio y organizado. Indudablemente, era solo un sueño. En realidad me levanté aburrido y sin un trabajo digno. Mi mujer vociferaba y mis hijos, más insoportables que nunca. Saliendo de casa, casi me atropella un mototaxista que se subió al andén para evitar el tráfico. Monté un pringacara que ratoneaba con un zapatico por mi pasaje. Un viaje atormentado por el picó ambulante y por la lentitud. En el camino, sentado en aquella incomodidad, veía los monumentos a la ineptitud administrativa local, reflejada en las estaciones de Transcaribe. Un vendedor ambulante exigiéndome que le comprara unos chocolates, mientras pasamos por el desorden de Bazurto. La misma vaina de siempre, la misma Cartagena.
Clemente Luis Polo Paz
C.C.No. 73.144.507 de Cartagena.

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