Es claro reconocer en la supuesta muerte del líder de Alkaeda, Osama Bin Laden, el afán que tiene el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, de que lo reelijan. Si revisamos los meses anteriores, la imagen del mandatario en su propio país estaba bastante alicaída. Sólo vino a subir de “rating” con la noticia de Bin Laden. No de otra manera podría explicarse el porqué de tanto misterio para mostrar el cadáver del terrorista. ¿Qué importa que esté en malas condiciones? ¿Qué importa que el sitio donde lo entierren se vuelva lugar de peregrinación para los fanáticos? Lo importante es que los familiares de las víctimas de las torres gemelas quieren tener la certeza de que su odiado archi enemigo está muerto, aunque eso no reviva a los inmolados del 11 de septiembre. Pero lo que sí es una verdad concreta es que la figura de Bin Laden le ha servido de trampolín a Estados Unidos para meterse en el Medio Oriente y apoderarse del petróleo. Después le sirvió a Bush para su propia reelección, puesto que en plena campaña pre electoral apareció un video del enemigo amenazando nuevamente a la gran potencia. Ahora el turno es para Obama. Sólo que tal vez Bin Laden se esté haciendo el muerto para propiciar otra reelección y para que dejen de “perseguirlo”.
Guillermo Larralde Leguízamo
C.C.No.73.113.491 de Cartagena.
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