En el transcurso del partido entre Inglaterra y Croacia un jugador inglés rechazó, desde adentro del arco de su equipo, el balón pateado por un contrario. Los telespectadores vimos el gol, más no así el cuarto árbitro, a un lado del arco, ni el árbitro principal; y nada que hacer. Bueno, esas son las reglas del juego. Hay cámaras que enfocan prácticamente todos los lugares de los estadios, y obviamente las jugadas que se desarrollan en el área chica. ¿Pero eso para qué, si en el caso de que el árbitro u árbitros se equivoquen, por ejemplo, no decretando un gol válido o validando uno anotado fuera de lugar, la decisión sigue siendo inmodificable? No sobraría un chip en los palos del arco, para que si un balón entra se emita una señal sonora, como pi pi pi pi, que indique el ingreso del esférico y que sea, además, luminosa para que su intermitencia se aprecie en las pantallas. Claro, hay que establecer la regla que contemple lo anterior, así la tecnología se haría ver y dejaría de ser la convidada de piedra que es hoy, como lo fue el cuarto árbitro en el partido de marras.
Marco Polo Guerrero
C.C.No. 9.056.220 de Cartagena.
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