La violencia en Cartagena

La violencia vuelve y juega en las calles de Cartagena, esa mujer descontrolada que atropella a propios y a extraños, con su grupo de sicarios motorizados sin ningún temor en cualquier lugar a cualquier hora. Con sus balas rezadas aumentan en un santiamén los indicadores de muertes por sicariato. Este inicio de administración manchado con sangre es inconcebible. Pareciera que los sicarios, con la nueva Administración, pensaron que era tierra de nadie, pero se equivocaron. Es necesario que todos los ciudadanos y ciudadanas rodeen a la Administración para que esta ola de asesinatos cese. No se trata de incrementar el número de policías. Se trata de aptitud ciudadana frente al delito; ¿o es que los sicarios no duermen? Para ello alquilan un sitio. ¿Quién es el dueño de ese sitio? ¿O acaso los sicarios no comen? Los restaurantes y los expendios de alimentos, todas estas personas pueden colaborar con la Policía señalando a personas sospechosas. Esta aptitud nos ayudará a disminuir los índices de delincuencia.
Uriel Gustavo Aguilar Álvarez
C.C.No. 73.094.967 de Cartagena.