La violencia en los estadios de fútbol

En los estadios de fútbol de Colombia, la violencia está pasando de castaño a oscuro. La intención de este artículo no es la de buscar culpables, porque todos estamos involucrados; unos por acción y otros por omisión. Se trata de aplicar soluciones que garantice un final en que ganemos todos y en que desaparezca por completo cualquier posibilidad de salir una persona lastimada. Te-nemos que luchar juntos, en busca de la recuperación del respeto a las opiniones de nuestros semejantes, del respeto a las reglas de este deporte que mueve multitudes, de llenar las graderías con la alegría de la fiesta, que se vea el espectáculo como una empresa generadora de empleo, productora de divisas, que abre el abanico de oportunidades de éxito al mercado de bienes y servicios, que las fechas de programación, especialmente las que caigan en fines de semana o en días feriados, se conviertan en una opción que llama a la recreación en familia. En fin, es este artículo un llamado cordial a la reflexión y al propósito de enmienda a dirigentes, empresarios, jugadores, auxiliares, árbitros, observadores, autoridades civiles, militares, de Policía, organismos de control, prensa, televisión, radio, economía formal e informal, espectadores, hinchas, barras, equipos en general y familia colombiana. El llamado es general, porque todos, ab-solutamente todos, sabemos lo que nos corresponde hacer a cada uno en lo particular, de acuerdo con las funciones del rol que desempeña en esta actividad deportiva y empresarial. Salvemos el fútbol, lo pide con desesperación deportiva, un amante del béisbol. Raúl Eduardo Quintero Lyons C.C. No: 3.792.106 de Cartagena