Estos montes o yerbas hidrófilas, que nacen en los lechos de los ríos y mares, son hoy malas noticias para las playas de Cartagena, debido a su alta y masiva presencia, para esta época de final de año, produciendo un gran desconcierto entre los bañistas, pescadores y rebuscadores del turismo. Pero en una ciudad sin padrino ambiental y sin ningún desarrollo económico marino, la alarma cunde entre la población, no sabiendo que lo llegado a nuestras apetecidas playas por los concesiona-rios privados, son ricos alimentos de gran beneficio para la medicina, la agricultura, la nutrición animal y humana. Cuando nace la agricultura urbana orgánica en Cartagena, creada por un tecnólogo del Sena, este fue enviado a dictar un curso de patios productivos a Isla Fuerte, allí encontró en sus blanquecinas y hermosas playas, una alta población de algas marinas, las cuales fueron utilizadas como abono orgánico, para el cultivo de las habichuelas, frijol, tomates, coles, patilla, melón, ahuyama, ñame, plátano y como nutrientes de fondo en frutales. Los resultados de esta biotecnología agrícola fueron excelentes y los pobladores isleños aprendieron de los beneficios de este bioabono, como gran aportante de nutrientes, por ser fuente de nitrógeno, potasio y fósforo, para el ciclo vegetativo y productivo de las plantas. Estas benéficas plantas marinas, también son utilizadas por la industria farmacéuticas por sus ricos oligoelementos: yodo, calcio, potasio, manganeso, además de contener clorofilas, carbohidratos, vitaminas y proteínas. Johnny Puente Doria C. C. No 15015710 de Lorica (Córdo-ba)
NOTICIAS RECOMENDADAS
Comentarios ()