Las fiestas

Las  festividades novembrinas se han convertido en una pesadilla. El IPCC sólo muestra las fotos y comentarios de aparente éxito, pero es totalmente falso. Considero que del noble deseo de rescatar las tradiciones culturales de la ciudad no han llegado ni al treinta por ciento de sus objetivos, pues sólo incluyo como caso exitoso la celebración del Día de los Ángeles somos. Tal vez este ha sido de lo mejor, porque no hay licor, ni la presencia de borrachos y jóvenes descontralados. Estos encuentros falsamente son reconocidos como "actos llenos de civismos y cultura"; pero, ¿por qué terminan en pelea por  el alicoramiento, guerra de botellas, agresión entre vecinos y desconocidos, niños heridos y policías agredidos? Quienes han protagonizado estos desmanes, y que parecieran culpar solamente a los policías, están equivocados, pues tanto estos ciudadanos borrachos como los agentes, están involucrados. Los primeros porque actúan descontroladamente; y los segundos, al arriesgar sus vidas por proteger un barrio,  actúan por instinto golpeando con su dotación al agresor. El barrio Torices presentó uno de los actos más bochornosos de todos los cabildos: grupos de motociclistas con más de tres pasajeros sobre ellas y el cierre trágico con varios heridos. Hay que pensar si esto debe continuar realizándose, como ocurrió con El Patial en Manga; o el Bandito, en San Diego.
María Libertad Botero
C.C.No. 8.561.223 de Cartagena.