Las perlas de este país

Veo con frecuencia comentarios sobre las reformas en las pensiones en este país y me produce asco  y coraje ante la impotencia de una clase que ya le ha perdido confianza a las instituciones y a la política. Tengo entendido que cuando un pueblo le entrega a un dirigente el poder para que lo represente en las altas dignidades del Estado como alcalde, gobernador, congresista o presidente de la República es para que este líder defienda los intereses de una comunidad que representa ante las necesidades de un sector. En Colombia no pasa eso,  porque una cosa es el discurso como candidato y otro el proceder cuando se llega a uno de esos cargos. ¿Ejemplos? Muchos. Para el caso de las pensiones, fíjense que siempre se legisla en contra de la clase trabajadora. ¿Y qué de las pensiones de los congresistas? ¿Por qué no le meten la mano a eso? Es allí donde esté el desangre del presupuesto de la Nación, porque a un congresista el Estado le tiene que dar celular, computador, carro blindado (no uno sino dos), oficina, gasolina gratis subsidio de transporte y de vivienda; y, además, le pagan un sueldo exorbitante. No hay derecho. Y no quiero desanimarlos, mis queridos compatriotas. ¿Saben cuándo se va arreglar esto? Nunca .
Roberto Osorio Gamarra.
C.C.No. 9.057.389 de Cartagena.