Estuve hace unos días en el mal denominado parqueadero del centro comercial frente al Parque del Centenario, antiguo Teatro Padilla. Permanecí dos horas y fracción, diurno. Me cobraron la suma de $6.400, pues la hora y fracción vale $ 2.400. Averigüé cuánto cobraba el Centro de Convenciones, diurno, y me dijeron que $ 1.300, la hora o fracción. No se pueden comparar el uno con el otro. Mientras el primero es un playón horroroso, el otro es un parqueadero con todas las de la ley. En el periódico se plantea la duda de quién controla a los parqueaderos. Si bien ellos pueden ser de orden privado, prestan un servicio público y, por tanto deben ser controlados por la Superintendencia de Servicios Públicos. Ponen de ejemplo a Bogotá, donde se reguló la materia a través del Concejo Distrital, teniendo en cuenta para ello una tarifa razonable, que se determina, por su lugar de ubicación, el valor del galón de la gasolina, el tipo de vehículo y la calidad del servicio. Dejo esta inquietud a las autoridades locales: Espacio Público y Concejo Distrital para que se ocupen muy pronto de esta delicada materia y no hacer depender de la puesta en marcha del Transporte Masivo, Transcaribe, como manifestó un funcionario del DATT en ese medio hoy.
Jorge León Ceballos Acosta
C.C. No. 73.071.307 de Cartagena.
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