Como muchas de las personas que viven en Cartagena, disfruto ir al Centro Histórico, especialmente de noche. Lo que no puedo ignorar es ver a un pobre animalito maltratado en plena ciudad turística. Varias veces he visto a caballos cocheros casi durmiéndose y con las patas temblando de cansancio, mientras el cochero espera tranquilamente a que algún turista le solicite sus servicios de guía y grúa, porque hay que ver que estos pobres animales hacen ese pesado trabajo quién sabe con qué energía. Al día de hoy no me consta el maltrato físico a los caballos en la ciudad, pero ya han sido muchas noches y francamente sufro al ver a la yegua Michelle amarrada a un coche que le impide recostarse al suelo y con los párpados cayéndose. No sé qué autoridad en Cartagena sea la responsable del cuidado de los caballos. Ojalá no sea la misma responsable de los indigentes, si es que hay una. Me parece insultante que una persona que quiere deleitarse con el ambiente de la ciudad, deba presenciar cómo un caballo pide una almohada con los ojos o un cambio de herraduras. Que triste verles resbalarse en un charco de dos milímetros de profundidad. Quiero confiar en la autoridad y creer que algún día los caballos parecerán felices y contentos, y no sonámbulos.
Wendy Pérez
C.C.No.1.143.359.167 de Cartagena.
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