Los desplazados

En el momento crítico de la violencia guerrillera en Colombia, el desplazamiento era una realidad innegable. A raíz de los buenos resultados de la seguridad democrática, el desplazamiento debió mermar considerablemente, sin embargo las ayudas ofrecidas por el Estado fue creando en muchos la mentalidad "profesional del desplazado". Muchos de los "desplazados", saben a conciencia que no lo son en realidad por razones de violencia, sino porque les han dicho de algunos "aparentes beneficios" que pueden obtener al venirse a las grandes ciudades, donde lo que encuentran es desempleo e incremento de dificultades para solucionar sus necesidades básicas. Qué puede hacer una campesino en la ciudad, cuando siempre lo que ha hecho es: ordeñar-sembrar maíz, frijol caña, yuca, pescar... Creemos hace rato es el momento que nuestros campesinos con ayuda verdadera del Estado regresen a su “hábitat” natural, pero no a seguir sufriendo, sino hacer lo que saben como "verdaderos profesionales del campo", por el bien del país. Nuestro campesino es un berraco, gracias a él tenemos la materia prima que se usa en las empresas de las ciudades, gracias a él tenemos la comida fresca que compramos en los supermercados y tiendas. Amigos Campesinos que quieran seguir recibiendo "migajas" como limosna a "desplazados", revisen sus vidas, su dignidad, exijan lo que merecen y regresen a nuestros campos, que gracias a Dios y a lo que ha logrado nuestro gobierno, allí se tiene ahora el mejor vividero. Colombia los necesita en el campo haciendo lo que realmente saben hacer, no en la ciudad de los perros y las ratas, perdiendo su dignidad y capacidad. Gustavo Idárraga Celada CC. 8249650 de Medellín