Muy a pesar de que numerosos políticos, gobernadores, alcaldes, militares, congresistas y funcionarios oficiales muy cercanos al Alto Gobierno han sido vinculados a los procesos de la parapolítica, yidispolítica, falsos positivos, interceptaciones telefónicas y pirámides, la popularidad e imagen del Presidente Alvaro Uribe no bajan del 70% y su gobierno no se ha tambaleado ni un milímetro. En otras latitudes, uno sólo de estos acontecimientos lo hubiera derribado y no se hubiese pensado jamás en su reelección, pero como estamos en Colombia y nuestra democracia es de papel, es fácil comprar la conciencia del pueblo con migajas y una supuesta "Seguridad Democrática". Por otra parte, en días pasados, alias "Don Berna" manifestó en una carta enviada al Gobierno que no seguirá colaborando con el proceso de Justicia y Paz porque quieren silenciarlo, amenazándolo con acabar con su vida y las de sus familiares y abogados, para que no siga contando todo lo que sabe sobre los vínculos de militares y políticos corruptos con las Autodefensas Unidas de Colombia. Afirmó, además, que detrás de todo este embrollo está el Estado y que la decisión de extraditarlo a él y a los demás jefes paramilitares fue una estrategia del Ejecutivo para evitar sus denuncias y que sus crímenes y los de los "parapolíticos" quedaran en la impunidad, es decir, que descubrió el agua caliente. Mientras tanto, los escándalos no se detienen: prebendas para la empresa recicladora de los hermanos Uribe Moreno, "Tom" y "Jerry", y subsidios agroeconómicos disfrazados de "incentivos" para acaudaladas familias de la Costa Norte que no los necesitan, otorgados por el ex Ministro de Agricultura y precandidato presidencial conservador, Andrés Felipe Arias, alias "Uribito". ¿Hasta dónde piensan llegar? ¿Qué más hará falta para que continúen cuatro años más de lo mismo? ¿Será, acaso, la "hecatombe" anunciada? ¡Que el Señor nos mire y nos proteja! Rafael E. Yepes Blanquicett C.C. 9.093.223 de Cartagena.
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