Buzón


Los vendedores ambulantes

Veo con mucho temor los artículos y comentarios de la privatización de las playas de Cartagena. Parece que la miseria de la ciudad se hubiera apoderado, con ollas de arroz con huevos y "pescao" frito con yuca envueltos en papel de origen incierto, de las zonas de los bañistas. Estos pobres sin oportunidades de empleo y sin trabajo sostenible, con seguridad democrática miserabilizada de paso, están dispuestos a acabar con los grandes restaurantes y hoteles nacionales e internacionales. La miseria organizada de los pobres es más poderosa que los conglomerados hoteleros con toda su infraestructura. Más bien me parece un insulto, que los gobiernos de turno tengan soluciones tan pertinentes para alejar a los "negritos" de casa para atraer turistas de casta y de caza. Está bien que los turistas vengan a la ciudad y no sean molestados, especialmente por la recua de vendedores ambulantes; pero de aquí a prohibirles a quienes ganan un sustento aunque mísero para mantener a sus familias, es un adefesio social. ¿Por qué no se crean fórmulas más reales para estas personas? ¿Será que sale más barato echarlos? Antonio José Vargas Arnedo C. C. No 73'092.570 de Cartagena

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