A propósito del Día del Maestro, encontré una maestra, quien lloraba descon-oladamente por ver en una de las páginas de El Universal a uno de los que fueron sus alumnos, acusado de corrupción. Ella no se explicaba por qué ocurría aquello. Ella lo había dado todo como docente. Le dije que debía pensar en otros factores que intervenían en la educación de ese muchacho, como la familia, ejemplos de casa, consejos que recibía de los padres, qué actuación miraba en ciertos gobernantes y legisladores nuestros, cómo actuaban algunos directi-vos de empresas particulares. Calmó su llanto y volvió a pensar en la necesidad de seguir enseñando con mayor esfuerzo los valores, aunque ya no podía hacerlo en el aula, porque estaba retirada, pero le hacía un llamado a los nuevos maestros, y a la vez, le hacía el mismo llamado a los diferentes medios, tales como la radio y la tele-visión. Porque esta docente, muy a pesar de sus casi ochenta años, se mantenía al día en la información de los nuevos avances en la comunicación. Hoy, más que nunca, se ha-ce necesario apoyar a los maestros que creen en la palabra de buenas nuevas, para la formación del individuo. ¿A caso Sócrates, Jesucristo y Valeriano escribieron? No, ellos sólo utilizaron las palabras y el ejemplo para enseñar.
Juan Gutiérrez Magallanes
C.C.No. 6.742.388 de Tunja.
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