A la vista del comienzo de un nuevo gobierno nacional el próximo 7 de agosto, a cargo del economista y administrador de empresas, Juan Manuel Santos Calderón, y para colaborar con todas y cada una de las ciudades en las que vivimos más de 44 millones de nacionales colombianos y bajo la gestión administrativa de todos los alcaldes del país, es la oportunidad para que en los establecimientos educativos, empresas, asociaciones y en los hogares se enseñen los beneficios que resultan de no arrojar basura en las calles u otros lugares públicos. Es que si todos los ciudadanos nos abstenemos de arrojar papeles y otros elementos a las calles de las ciudades evitaremos la contaminación visual, ayudamos a que nuestras vías públicas se vean bien y evitaremos las continuas inundaciones, producidas por los papeles que botamos a las calles y que tapan las alcantarillas. Entonces, un buen trato ciudadano y de sana convivencia también es preocuparse por el beneficio general en materia de aseo, orden y tolerancia. Por supuesto, la educación ambiental es mucho más efectiva si se hace en la primera infancia justo cuando los niños aprenden los valores que los guiarán en el resto de su vital existencia. Jorge Giraldo Acevedo CC. 12.528.591 de Santa Marta
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