Masacre laboral

En el colegio Militar Almirante Colón se despidió injustamente al 60% del personal. Digo despidió, porque si bien es cierto, los contratos a término fijo duran un año, al interior de la institución se maneja el discur-cito del sentido de pertenencia, la colaboración, y el buen desempeño para la continuidad, cosas que son falsas, pues he visto como excelentes docente son despachados por la puerta de la cocina. La corte en una sentencia (C-016-98) dijo que si persistían las motivaciones del contrato y el trabajador había demostrado buen de-sempeño, el patrono debía contratarlo nue-vamente. El sólo vencimiento del plazo inicialmente pactado, producto del acuerdo de voluntades, no basta para legitimar la decisión del patro-no de no renovar el contrato, sólo así se ga-rantizará, de una parte la efectividad del prin-cipio de estabilidad, en cuanto “expectativa cierta y fundada” del trabajador de mantener su empleo, si de su parte ha observado las condiciones fijadas por el contrato y la ley, y de otra la realización del principio, también consagrado en el artículo 53 de la carta polí-tica, que señala la primacía de la realidad so-bre las formalidades establecidas por los su-jetos de la relación laboral. Muchos de esos docentes, hoy ven triste-mente como no tienen ni siquiera para sus necesidades básicas, debido a que en esta ciu-dad las oportunidades laborales son muy po-cas. Ministerio de la seguridad social, Secreta-ría de Educación, investiguen y hagan algo. Juan Antolín Vargas CC. 73.231.564 de Sincelejo