¿Quiénes quedan en medio de la contienda? Obviamente, los niños. Se pierde tiempo legislando sobre lo que debe ser la historia de la humanidad cuando ella ya está legislada y cumple sus momentos históricos cuando le corresponde. Imperios matriarcales e imperios patriarcales siempre han existido en diferentes culturas. No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Ahora los padres se pondrán de acuerdo para decidir cuál apellido debe primar. Si no, el notario lo sorteará. Y si la polémica no logra acuerdos, no faltará el notario que proponga, en aras de mantener la armonía familiar, que al niño se le coloque su apellido. Se vulnera el derecho de los hijos no primogénitos cuando estos deben llevar obligatoriamente el apellido de su hermano mayor. Con todo respeto, ¿qué pasará con el apellido de aquellos hijos cuyas madres, como dijera mi suegro, han sido "carpeta inquieta" y tienen hijos de varios maridos? Mi criterio es que la ley debe ser revisada minuciosamente. En la misma se debe respetar el derecho de los niños. Estos no tomarán el apellido hasta que tengan uso de razón y aparecerán en el registro civil como hijos de la unión entre Sutana con Fulano o a la inversa. De esta forma los muchachos en edad de hormonas alborotadas terminarán decidiendo tomar apellidos prestantes.
Douglas Méndez Díaz
C.C.No. 9.087.919
NOTICIAS RECOMENDADAS
Comentarios ()