El mundo entero tiene los ojos puestos en los levantamientos populares que se dieron y se están dando en los países árabes del norte de África, exigiendo libertades democráticas de las que no gozan desde hace muchos años y la renuncia inmediata de sus gobernantes dictatoriales, quienes han permanecido en el poder por varias décadas. Como un efecto dominó, las revueltas se han ido extendiendo hacia Oriente Medio y amenazan con llegar hasta el Lejano Oriente, en donde los eternos dirigentes de las "monarquías socialistas" del Este asiático como la República Popular China, Vietnam, Corea del Norte, Laos y Camboya, reprimen la más mínima expresión de libertad encarcelando y desapareciendo a sus opositores desde finales de los años cuarenta del siglo pasado hasta la fecha. Igual situación se presenta en Cuba, el único "Territorio libre de América" desde 1959 con la "dinastía" Castro, y ahora en Venezuela, cuyo máximo dirigente también quiere perpetuarse en el poder. Curiosamente, ni la ONU ni ninguno de los grandes ni pequeños países "democráticos" de Occidente se han manifestado abiertamente en contra de estos regímenes totalitarios de izquierda que persiguen a los líderes opositores, los cuales permanecen en las cárceles de sus respectivos países sin que nadie, absolutamente nadie de esta "vergonzosa y callada" diplomacia occidental, como la llama H. Alvarado Tenorio, se pronuncie al respecto.
Rafael E. Yepes Blanquicett
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