Buzón


Nadie grita

Como cartagenero de raíces, desde mis abuelos, quedo abismado de la irresponsabilidad con que tratamos las obras importantes y de esta ciudad.
Iniciamos con Transcaribe, obra definitiva en el desarrollo presente y futuro de Cartagena.
El diseño y la interventoría del proyecto total deja mucho que desear, no se hizo en ningún momento planeación urbana, pese a que una obra de esta magnitud exige un estudio global de renovación urbana previo, estudio paisajístico integral de toda la zona a desarrollar, desde su inicio hasta la terminal.
Existen los arquitectos paisajistas para ello, diseñando y dejando amplios antejardines y espacios libres en los lineamientos de la obra.
Que tal los predios aledaños a la Avenida Pedro de Heredia, en el sector del Pie de La Popa, en construcción: unas paredes altas, como cerramiento de los predios y otros con edificaciones permitidas de tres pisos a favor de haber cedido espacio a sus propiedades.
Ese es un detalle, porque a través de toda la Avenida sucede lo mismo. ¿Dónde está la renovación urbanística?
Se deben construir pasos niveles a la entrada de Bocagrande, donde confluyen varias vías arteriales y no en colocar semáforos, igual el sector de El Amparo.
Ya hubo un agente de tránsito muerto en uno de los sitios y, como si ello no hubiera sido importante, la ciudadanía habló, pero no gritó.
El dejar al Mercado de Bazurto en ese sitio es un error garrafal. No se necesita un estudio para saber y conocer que éste debe ser trasladado.
Se dice que se convertiría en mercado sectorial, pero ¿que pasa con los alrededores y las inversiones hechas por años?
Este proyecto, definitivo para el desarrollo de la ciudad, debe ser debatido en el Concejo Distrital, con asesoramiento externo.
¿Y qué dicen los habitantes del barrio Martínez Martelo? ¿qué dice la ciudad en sí? Hablamos en silencio, pero nadie grita.
Ahora: ¿qué tal el problema de las losas de concreto construidas, que ya se están descascarando como si se les salieran las chinas del cemento?
Aún no ha transitado el primer vehículo pesado por encima de ellas. Nos pasará peor que en el caso de Bogotá con las losas del Transmilenio. Ojalá me equivoque. La gente habla, pero no grita.
En los contratos no se ve trabajo, la impresión es que la consigna es el reajuste en los precios para aprovechar los tiempos suplementarios para la obra, siempre hay de parte del ente, oficina de Transcaribe o el Distrito, la aceptación de ampliar los términos del contrato con el consiguiente mayor valor del contrato en perjuicio de nosotros, los que pagamos los impuestos. Todo el mundo habla, pero nadie grita.
Para mí ver, esa obra no estará lista antes del 2014 y eso que falta el ramal que va a los barrios del Bosque y los subsiguientes, ni siquiera planeados.
Desde ya tendremos un mayor valor en lo que se contrató por el manejo de Transcaribe, porque una inversión hecha con tanta anticipación a su terminación conlleva costos adicionales, por capital invertido sin ningún beneficio inmediato.
Como no me dan tanto espacio en el Buzón, seguiré escribiendo otras, con mis apreciaciones personales y de lo que oigo en el silencio mudo de los habitantes, donde se murmura, pero nadie grita.
Eso me recuerda un personaje famoso que vendía “Griegas” aquí en Cartagena, que gritaba la venta de las “Griegas” y cuando no vendía gritaba: “¡Es que no me oyen!”
REYNALDO MARTÍNEZ EMILIANI
C.C. 3.792.927 de Cartagena


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