Buzón


No puede haber silencio

Los representantes del Presidente de la República en las diferentes Juntas Directivas en Cartagena están en deuda con la transparencia, pues no se sabe qué hacen, qué dicen, qué defienden o qué determinan. Cuando el escándalo nacional por la inoperancia de las CAR-entre ellas Cardique-, el agua sucia cayó sobre los directores.
¿Y estos delegados presidenciales, qué? Igual ha sucedido en la Universidad de Cartagena, pero mucha más preocupación existe por lo que ocurre en la Cámara de Comercio de Cartagena. La selección técnica de Piedad Rojas Román como presidenta ejecutiva de esa entidad permitió inferir que, por fin, los méritos y preparación estaban por encima de las recomendaciones. Ahora se sabe que la corajuda directora ha destapado faltas graves al código de buen gobierno de la entidad, entre otros aciertos, pero sobre la conducta de los delegados del Presidente nada se sabe, y ellos deben una explicación, pues no están allí para tomar whisky en cocteles, ni para intrigar favores particulares o políticos.
JOHN ZAMORA.
cc. 73.123.116

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