Para despistados

Según estadísticas de la CEPAL, Colombia tiene la peor tasa de desempleo de América después de la República Dominicana. El gasto público social por habitante es en Colombia de US $89, situándose con ello también en los últimos lugares acompañado de países tan pobres como Nicaragua y Guatemala, mientras en países como Cuba US $1.749,oo, Uruguay US $1.767 y hasta la pequeña Costa Rica US $1.002,oo, o sea, que este último eroga más de once veces en gasto social que Colombia, y Uruguay, 20 veces más. Esto es debido al capitalismo salvaje y al costo de una guerra que ha sido inútil, pues la miseria disparó la inseguridad. El PIB (Producto Interno Bruto) por habitante es en Argentina US $9.386, en México US $ 7.093, en Uruguay US $7.255, en chile US $6.126, en Panamá US $5.195, en Venezuela US $5.788; en Costa Rica US $5.085, y el promedio de América Latina nos muestra la CEPAL es, de US $4.722, mientras Colombia muestra una pobre cifra de US $2.860, otra vez acompañada de los más pobres del Continente. Según el Banco Mundial el promedio de pobreza nacional de América Latina es del 33%, en Colombia es del 48%, y el promedio de indigencia nacional del subcontinente es del 12,9% versus el de Colombia que es del 20,2%. El nuestro es uno de los países grandes y con mayores recursos de la región, pero sus indicadores económicos lo sitúan en el grupo de los parias. ¿Indicadores de seguridad?: mejor callémoslos para no despertar el llanto. ¿Un poco de seguridad en las carreteras?: Sí, pero ¡a qué costo!, mientras la inseguridad de las ciudades se ha ido incrementando sensiblemente. Bogotá que había logrado bajar los índices de inseguridad durante los gobiernos de Mockus y de Peñalosa, se volvió a dañar en los últimos años; a Medellín le ocurrió igual; Cali la muestran las calificadoras internacionales como una de las ciudades más inseguras del planeta y algunas, como la más insegura; y Cartagena que era segura hace ocho años, se dañó. ¿Hay todavía despistados que se atreven a vociferar que reelijamos la “Seguridad Democrática”?, ¿No será acaso ese un acto de masoquismo? Quien no se sienta indignado ante los “falsos positivos”, el “agroingreso seguro”, las “chuzadas”, la “Yidispolítica” y la corrupción…;, deberá preocuparse y hacer un examen de cómo están sus valores. CARLOS A. TRUJILLO RESTREPO C.C. 10.062.194