En las primeras horas de la mañana, con alguna frecuencia me convierto en un caminante más del Paseo Peatonal de Manga, en busca de tener un estilo de vida más saludable, pero veo con mucha tristeza el destino que se le ha ido dando. Hoy en día se puede decir que ha quedado en manos de algunos muchachos y empleadas domésticas que tienen una nueva obligación con sus patrones: sacar los perros o mascotas de su propiedad a hacer las necesidades en el paseo peatonal.
Lo curioso es que algunas de estas empleadas salen con dos y tres mascotas, han conformado grupitos de dos o tres domesticas con por lo menos cinco mascotas de diferentes razas y tamaños, ¿en qué momento recogen las necesidades hechas por las mascotas en las zonas verdes, si están en pleno conversatorio?
Esta situación causa un gran malestar a la mayoría de los transeúntes, que a esas horas de la mañana salimos a alimentar nuestros pulmones de un aire fresco y puro no contaminado por los olores nauseabundos de las eses de las mascotas, que irresponsablemente estas domésticas o paseadoras de mascotas, dejan como unas “minas quiebra patas” a lo largo y ancho del paseo peatonal de nuestro barrio, bien es cierto que algunas hacen a medias su trabajo de recogerlas en una bolsita, pero ¿cuántas veces lo hacen?
Generalmente la mascota realiza como mínimo dos veces sus necesidades, si todas recogieran las eses de las mascotas, no las pisaríamos y no sentiríamos esos olores. Este es un llamado a los propietarios y empleadas domésticas, recapaciten sobre el lugar donde deberían llevar sus mascotas a realizar sus necesidades que no afecten a la comunidad, ya que el objetivo y la finalidad de un Paseo Peatonal (lugar de encuentro, esparcimiento) no es llevar a las mascotas para que realicen sus necesidades.
JOSE RAMÓN PAZ DÍAZ.
CC. 73’086.288 de Cartagena
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