Buzón


Patentar y tecnificar las chepacorinas

Me deja un mal sabor el artículo que hace referencia al tema en mención. Y estoy completamente seguro que al pueblo carmero, que conoce el verdadero origen de estas galletas, sienten lo mismo que yo. Hay una parte de la historia que le hace falta algo, y es la pregunta que muy seguramente al igual que yo se hacen muchos carmeros, quienes vimos cómo Challo, acompañada de Francisco Díaz, hizo crecer y posisionar las galletas que con tanto amor bautizó “chepacorinas”, luego del fallecimiento de su eterna compañera Josefa Corina, en honor a esa gran mujer que le dio la oportunidad de tener su propio negocio. Esa sí es una mujer agradecida. Y yo con ella. Por eso escribo estas letras.  ¿Cómo, cuándo y en qué momento sale Challo del negocio? ¿Bajo qué circunstancias? ¿Y por qué, de la noche a la mañana, salen al frente del mismo la familia de Francisco Díaz, Ramiro y Bladimir? ¿Qué papel desempeñó Challo en este proceso? A Challo la dejaron viendo un chispero. El notario de turno se prestó para el engaño que le propiciaron. Recuerdo cómo la sacaron de la casa y la llevaron a la notaria a  firmar un documento bajo lluvia y amenazas. Luego la embarcaron en un camión y se la mandaron a su familia en Cartagena. Lo que no previeron es que Challo no sabe ni leer ni escribir.
Miguel Novoa Suárez
C.C.No. 73.145.632 de El Carmen.


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