Proyecto Caribe

Hace varios años conjuntamente con otros dirigentes cívicos y empresariales de Cartagena, solicitamos al Misterio de Transporte la adecuación del canal de acce-so de la Bahía de Cartagena para permitir la entrada de los grandes barcos de carga que avizorábamos en el futuro cercano. Un acucioso funcionario del ministerio nos respondió que habiendo revisado las estadísticas de operaciones portuarias en Cartagena, no había encontrado ninguna entrada de grandes barcos como los que anunciábamos, y que por lo tanto nuestra solicitud era improcedente. Hoy no tenemos ningún aeropuerto en la Costa Caribe con operaciones directas a Europa, a pesar que un elevado numero de visitantes europeos y orientales llegan con escalas en otros aeropuertos al Caribe, co-mo turistas y como empresarios en plan de negocios. El proyectado aeropuerto Bicentenario por sus condiciones técnicas naturales al ni-vel del mar, abriría las puertas para vuelos directos hacia y desde Europa y sería el úni-co en Colombia que permitiría despegue de grandes aeronaves con destino al oriente, Japón, China, Nueva Zelandia, Australia, Corea, India por mencionar unos pocos, creando una competencia tremenda para los aeropuertos del centro del país, mejo-rando notablemente la competitividad del Caribe y en particular la de Cartagena y Ba-rranquilla. Podría inclusive convertirse en un Hub para una aerolínea. Este aeropuerto con nuevas, modernas y mayores dimen-siones aéreas, unido a la inminente amplia-ción del Canal de Panamá para la llegada directa de los grandes barcos de carga del oriente al mar Caribe con fletes competiti-vos, constituye una oferta conjunta de competitividad nunca antes vista en la his-toria económica de Colombia. Esta posibi-lidad inmediatamente despierta luchas de intereses encontrados del centro y la región Caribe, y por eso surgen las voces centra-listas para entorpecer la iniciativa privada de la región, ya que cabe recordar, el pro-yecto no es sólo de recursos de la nación, sino igual que el aeropuerto El Dorado, un esfuerzo combinado. Las dobles calzadas entre las ciudades de Barranquilla y Carta-gena están en construcción y no sustituyen las enormes posibilidades del intercambio turístico y comercial internacional que trae-rá el nuevo aeropuerto regional. Ojalá que las propias voces del Caribe, tal ves desin-formadas, no se sumen al coro del centra-lismo atropellador que no resiste los pasos de progreso de animal grande que está dan-do la región Caribe en el ámbito interna-cional y nacional con proyectos de esta en-vergadura. Antonio M Pretelt Emiliani CC. 17 037 340 de Cartagena