Buzón


Reelección en cuerpo ajeno

La descarada intervención en política del actual “emperador de Colombia”, no tiene par en la historia del país. Ningún órgano de control alzó su voz, al menos, para protestar contra esta flagrante violación de la legalidad. El Procurador General de la Nación se declaró incompetente para investigarlo y el Juez Natural de tan altísima dignidad gubernamental, tampoco hizo pronunciamiento alguno al respecto. Pero no obstante que la votación del candidato del gobierno fue similar, en cuanto a cantidad de sufragios, a los obtenidos por Uribe Velez, en sus dos candidaturas sucesivas, no le alcanzaron para salir triunfante en primera vuelta. Esto significa que ha disminuido la presión, física y moral, sobre los electores, en las regiones del país en donde tales mecanismos para la obtención de votos, se utilizó como medio determinador. Además esto cobra especial significación, si tenemos en cuenta que ni siquiera el acto detractor que liberales y conservadores perpetraron contra sus respectivos candidatos, al depositar sus votos por el candidato de Uribe Velez, bastó para arrasar la propuesta del Partido Verde en primera vuelta. Ahora nos aprestamos para la segunda vuelta. Pregunto, ¿Será que los colombianos, como Nación organizada, no tendrán capacidad para reprochar de manera contundente la postura ilegal de un Presidente, que simplemente no está interviniendo en política sino reeligiéndose, en cuerpo ajeno? Recuerden que él pretendió reelegirse, por segunda vez, a través de un referendo que fracasó y cuyo plan “B” es, entonces, reelegirse en forma indirecta, y poner en su sitio a una marioneta que, hasta la fecha, le está mostrando que el mecanismo automático mental que le instaló, funciona en forma perfecta. Colombianos, no solo se trata de impedir que el señor Uribe Velez, no participe en política, sino también que no se reelija en la forma en que lo está haciendo, y a su turno no reelegir la engañosa teoría de la seguridad democrática, la corrupción, la creciente taza de desempleo, los falsos positivos, la continuidad de la miseria, la precaria inversión social, la impunidad, el narco-paramilitarismo, el raquítico crecimiento económico, y en fin, ninguna de las inmoralidades políticas, jamás vistas en Colombia, que son precisamente y en forma paradójica, las notas predominantes del Gobierno “más distinguido” que ha tenido el país. Rafael Enrique Guzmán Valdelamar C.C. 73.074.957 Cartagena

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