En estos días estuve hablando con un familiar, quien es un conocedor avezado de los avatares políticos y económicos, acerca de cómo están las preferencias sobre los candidatos a la Alcaldía de Cartagena; y, para mi sorpresa, me informó que ya todo está cocinado alrededor de una candidatura “populista”, que difícilmente tendremos un(a) mandatario(a) con la preparación suficiente para manejar la avalancha de inversiones que en hora buena le vienen a la ciudad.
Definitivamente, a mi manera de ver las cosas, a Cartagena lo peor que le pudo haber ocurrido fue la institucionalización de la elección popular de alcaldes, porque al solio de la Plaza de la Aduana no ha llegado el más capaz sino el que más ha invertido en la elección, con las consecuencias lógicas y evidentes de ese endeudamiento maquiavélico y corrupto. Da lástima saber que en esta antigua y heroica ciudad los años en vez de dejar enseñanzas al pueblo cartagenero, este último se empeña en entregarle el poder a los que con un discurso trasnochado y populista promete acabar con la pobreza. No han notado que elección tras elección, estos una vez son coronados des-conocen y empobrecen aún más a sus con-géneres. Cartageneros, despertemos del letargo. No se trata de razas o clases sociales. Se trata de liderazgo y capacidad de generar riqueza y bienestar.
Roberto Carlos Ortiz
C.C.No.73.101.987 de Cartagena.
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