Estamos en el mes de las madres con su día especial de celebración, tiempo durante el cual en los países en los cuales se celebra la población se desborda en homenajes, regalos y reconocimientos para ese ser único, modelo y ejemplo de amor con el cual Dios premió al hombre. Hoy quiero en este artículo, y en aras de ese gran amor que por ella sentimos y le debemos, hacer alusión a la costumbre inveterada en algunos sectores de nuestra sociedad de ofenderla con un gran desparpajo, minimizando su inmenso valor. Entre nosotros es común escuchar cuando un amigo pregunta a otro por un tercero, responderle: Ah!, ese hijo de p..., por ahí está. En el gremio de los transportadores, con valiosas excepciones, si un conductor, medio mira mal al otro, los madrazos agresivos no se hacen esperar. En los campos deportivos también es frecuente la ofensa a las madres de los compañeros o colegas, a manera de bromas. Y hasta hay personas que de cada diez expresiones que formulan, una es un H.P. Por favor, recordemos quiénes son, lo que significan para nosotros y respetémoslas.
Pedro Vargas B.
C.C.No. 9.048.056 de Cartagena
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